Aquí os dejamos el cuento
de "Los tres cerditos": una versión con un lobo muy piadoso que adora
ayudar a la gente... Qué raro, ¿no?
¡Muy bien, chicas!
Érase una vez tres
cerditos que se llamaban Práctico, Flautista y Violinista y que vivían en una
montaña, donde también vivía un lobo. Un día, se dieron cuenta de que la comida
en los alrededores estaba acabándose, y entonces sintieron la necesidad de
construir sus casas para protegerse de los predadores. A Flautista y Violinista
les gustaba mucho bromear, practicar con sus instrumentos musicales, jugar y
charlar, mientras Práctico dedicaba todo su tiempo a la construcción de la
casa, utilizando ladrillos y cemento.Al cabo de poco tiempo, recibieron la
noticia de que se había agotado la comida del lobo, y que él la estaba buscando.
Rápidamente, Flautista y Violinista empezaron a construir sus casas, pero no
tenían mucho tiempo, así que Flautista utilizó paja y Violinista,
madera.Después de algunos días, llegó el lobo al sitio donde vivían los
cerditos, y, de repente, sopló la casa de paja, y todo se cayó. A continuación,
sopló la casa de madera, y lo mismo pasó, pero al soplar la casa de ladrillo,
esta permaneció inmóvil.En seguida, Flautista y Violinista corrieron a la casa
de Práctico a pedirle ayuda, pero él, orgulloso, no les dejó entrar. Mirando
esta situación, les preguntó el lobo:
- ¿Cuáles son vuestras
últimas palabras antes de morir?
Los dos cerditos le
contestaron:
- Señor Lobo, tenga piedad de nosotros. España
está en crisis y ahora no tenemos dinero para comprar material y construir una
buena casa. ¡No es nuestra culpa! Lo que más queremos es salir de aquí e irnos
a Brasil, donde hay mucho empleo.
El lobo, muy
emocionado, dijo a los cerditos:
- ¡Pues yo los
entiendo! Yo conozco a mucha gente que pasa por lo mismo, entonces yo les voy a
regalar los billetes de avión a Brasil para que seáis muy felices. ¡Qué
disfrutéis el carnaval!
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